2 Corintios 13:11-14 Saludos y doxología final
Las palabras finales de Pablo-lo que quería qué los corintios recordaran acerca de las cualidades que la iglesia debería cultivar-todavía son aplicables a la iglesia de hoy. Cuando estas cualidades no son cultivadas, habrá problemas que tendrán que ser enfrentados dentro de la iglesia. Estás cualidades no estarán presentes si la iglesia no atienden los problemas, los conflictos y las dificultades. Tampoco estarán presente cuando haya negligencia, negación, retiro o amargura. Estás cualidades son el producto de la ardua labor de resolver problemas. Así como Pablo y los corintios tenían que dedicar mucho esfuerzo para resolver las dificultades y traer la paz, así debemos esforzarnos para aplicar los principios de la palabra de Dios y no solo escucharlos.
En su bendición de despedida, Pablo invoca a los 3 miembros de la Trinidad: Padre (Dios), Hijo (el Señor Jesucristo) y el Espíritu Santo. Aunque el término Trinidad no está incluido explícitamente en las Escrituras versículo cómo este demuestran que Pablo y otros cristianos creían en y experimentaron la realidad de un Dios trino al conocer la gracia, el amor y la comunión de Dios. Para otras instancia qué revelan un Dios trino, vea en Lucas 1:35 el anuncio del Ángel Gabriel a María acerca del nacimiento de Jesús; Mateo 3:16-17 la presencia del espíritu y el padre en el bautismo de Jesús; y en Mateo 28:19, la comisión de Jesús a los discípulos.
Pablo lidiaba con un problema persistente en la iglesia de Corinto. El podría haber rehusado comunicarse con ellos hasta que solucionaran la situación, pero los amaba y volvió a tenderle la mano con el amor de Cristo. Sin embargo, el amor requiere que aveces confrontemos a quienes queremos. Tanto la autoridad como la preocupación personal son necesarias al tratar con gente que está arruinando su vida con el pecado. Pero al confrontar a las personas, hay varios métodos equivocados que pueden dañar las relaciones aún más en vez de sanarlas. Podemos ser legalistas y atacar a las personas con las leyes que deberían obedecer. Podemos apartarnos de ellas porque no queremos enfrentar la situación. Podemos marginarlas al pasar chismes acerca de sus problemas y lograr que otros también se pongan en su contra. O, cómo hizo Pablo, podemos buscar fortalecer las relaciones interpersonales usando un método mucho mejor: compartiendo lo que tenemos, practicando la comunicación e interesarnos por ellos. Este es un método difícil que puede agotarnos emocionalmente, pero es lo mejor para la otra persona y es lo que Cristo usaría al lidiar con los pecados de otros
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